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28 dic 2011

el destino de mi mismo

Los sentimientos nos arrastran por la cordillera de la locura, nos abrazan con sus huesudas manos como si de la muerte se tratase, nos adormecen con sus implacables conjuros diabólicos que destruyen nuestros propios ideales, nos amuerman en un circulo vicioso de dependencias, miedos y dudas, así como también nos susurran al oído frases como, sin ella/el no lo conseguirás, no eres nada, estas acabado/a, pero que pasaría si todo esto fuera mentira, si en realidad nos sumergimos tanto en una tontería, que dejamos pasar nuestra felicidad completa, pensando día y noche en la persona incorrecta, saquémonos de la cabeza ideas negativas y suposiciones, que son las que envenenan el alma, comencemos por nosotros mismos a desechar todo lo malo, comencemos a independizarnos de esos pensamientos que contaminan el alma, y solo así seremos capaces e volar, de perseguir nuestro propio destino