El antifaz que día con día nos colocamos sobre la cara para cubrirla muchas veces se torna una pesada mascara de hierro que nos asfixia, nos convierte en esas personas perfectas que en la sociedad son tan bien vistas, nos fascina aumentar su espesor con pintura, con sonrisas o en su defecto con una cara dura para que nadie nos moleste, pero, ¿vale de verdad la pena? ¿valen mas las apariencias que lo que en verdad eres? no vasta tener una cara bonita puedes estar seca por dentro, puede ser una persona mayor con arrugas en la piel pero con un corazón alegre y joven, puede ser un señor duro y cruel pero por dentro se esconde un niño que no sabe como crecer, ¿que mascara usaras hoy? la de la ira. la del odio o la de la vanidad, por que no mejor te despojas de todo ello, por que el día que te demuestres tal y como eres y no le gustes a los demás, te quedaras solo, comienza por hoy solo así alcansaras la verdadera felicidad.
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